jueves, 29 de septiembre de 2011

30S Ecuador. Falso Golpe de estado. Informe de de Fuerzas Armadas

Señor presidente, ¿quién ordenó lo que usted no ordenó? 
Por: Emilio Palacio
Cada vez es mas evidente el engaño...




Este artículo revela lo que el Presidente quiere tapar, incluye el informe


Informe del rescate del 30-S 

Ni golpe ni secuestro, 
pero sí rescate armado

Lo primero que llama la atención es que el documento en ninguna parte habla de intento de golpe de Estado sino de una "sublevación de la Policía Nacional" y de "una paralización de sus actividades".

Tampoco se habla de secuestro. Se dice siempre que el señor Presidente de la República se encontraba "retenido", no secuestrado, por miembros de la Policía Nacional.

Pero esos son detalles que por ahora no son decisivos. Vayamos al punto fundamental, el que a todos interesa: ¿Quién dio la orden de intervenir?

Cita 1 documento militar 30 S 

Leamos. A las 17:30 (5 y 30 de la tarde) "El Sr. Presidente en base a contacto telefónico, dispone al Sr. Ministro de Defensa Nacional y al Sr. Jefe del Comando Conjunto, que se proceda a rescatarlo".

Disponer, según el diccionario de la Real Academia Española significa: "Deliberar, determinar, mandar lo que ha de hacerse".

En otras palabras, según este documento, el Presidente mandó que lo rescaten. No ordenó pero sí mandó. 

¿Se intentó primero una negociación con los secuestradores, como se acostumbra en ocasiones? De ningún modo. El documento aclara que "el ingreso del personal debía realizarse con rapidez para obtener la sorpresa".

Cita 2 documento militar 30 S
Es decir, había que actuar sin previo aviso, para que los secuestradores no pudiesen reaccionar.

¿Se pensó en algún momento que sería un rescate pacífico? Tampoco. El informe explica que en la intervención militar del Hospital se aplicaría "la disuasión y el principio de masa".

En el léxico militar, para los que no lo sepan, el principio de masa es el que enseña que se debe procurar una completa superioridad de fuerzas en el sitio del combate, en el momento oportuno y con el máximo de energía. 

En otras palabras, atacar, combatir y disparar con fuerzas de combate superiores a las del enemigo.

Se dispuso, por tal motivo, que "parte del personal debía llevar armamento letal en caso de ser necesario su empleo de acuerdo a la situación en el área de rescate".

Esto último también se pudo redactar así: Los militares dispararán a su arbitrio o buen juicio, a discreción, según las circunstancias que encuentren en el lugar.

Armados para una guerra

El informe detalla que participaron 900 hombres con armamento de combate y que los dispositivos bélicos incluirían 9 carros blindados VCI, 9 carros 105MM y 20 carros mecanizados.

Cita 3 documento militar 30 S 
 El equipo pesado, sin embargo, no se lo pudo emplear -explica el informe- debido a que se estimó su llegada para las 23:00 "desde la ciudad de Riobamba e Ibarra respectivamente". 

Observen estos tres tanques equivalentes a los que se pensó emplear para el rescate en un hospital lleno de civiles inocentes.

Tanque AMX-VCI Latrun 
Tanque AMX-VCI Latrun

Tanque Cascabel 
Tanque Cascabel

Tanque EE-11 Urutu 
Tanque EE-11 Urutu

¿Un rescate sin comandante en Jefe? 

¿Acaso el Presidente, comandante supremo de las Fuerzas Armadas, no supo de los detalles militares de la operación?

El documento revela que "se coordina, tanto en forma personal como vía telefónica con elementos de la seguridad personal del Sr. Presidente".

Es decir que los custodios del Presidente se reunieron con los jefes militares y juntos decidieron cada paso. 

¿Pero le informaron los custodios al Presidente? Saquen ustedes sus propias conclusiones. Decidan quién ordenó disparar el 30 de septiembre. 

Y si se consideran incapaces de hacerlo, o temen que los lleven a juicio, trasládenle conmigo la pregunta al economista Rafael Correa Delgado. Señor Presidente, ¿quién ordenó disparar contra el Hospital de la Policía el 30 de septiembre ya que usted no lo hizo?


viernes, 23 de septiembre de 2011

30S Falso Golpe de estado en Ecuador

"La persona que ordenó disparar, violó los tratados internacionales que estipulan que ni en tiempo de guerra se puede atacar un Centro de Salud."

El gobierno no ha podido exponer la veracidad de su versión sobre los sucesos del 30S por la sencilla razón de que no es posible demostrar algo que nunca hubo.
Un año después de la protesta policial del 30 de septiembre de 2010 el tema continúa siendo un elemento gravitante en la vida política del país. Para el gobierno es fundamental convencer a los ecuatorianos que ese día se intentó dar un golpe de Estado e inclusive que estuvo de por medio un intento de magnicidio; sin embargo, esa batalla no la ha podido ganar.
No obstante que durante estos doce meses no haya existido semana en la que Correa u otros voceros gubernamentales dejen de insistir en su trillado argumento del supuesto golpe de Estado y que se ha realizado un millonaria inversión en medios con los mismos propósitos, la versión oficial no convence a cientos de miles de ecuatorianos y eso desespera al gobierno. Es que los sucesos del 30S se produjeron alrededor de una demanda puntual -y por demás justa- de la tropa policial, en la que en ningún momento evidenciaron la intención política de rebasar los límites de sus reivindicaciones materiales específicas.
Los motivos de la protesta
Es indispensable recordar que el amotinamiento policial se produjo en respuesta al veto presidencial a la Ley de Servicio Público que, al igual que a todos los empleados públicos del país, afectaba a la tropa policial y del ejército. A estos últimos lo hacía en el sistema de condecoraciones, ascensos, remuneraciones por tiempo de servicio.
No fueron los únicos en mostrar su descontento, los días previos al 30S los empleados de distintas instituciones públicas, al igual que los jubilados, maestros, todos los estamentos universitarios, entre otros sectores, se movilizaron hacia la Asamblea Nacional para expresar su desacuerdo y rechazo a las diversas leyes de contenido antipopular que salían de su interior. La conflictividad social y política iba en ascenso al punto que, en Carondelet y en la Asamblea Nacional, se hablaba de dar paso a la denominada muerte cruzada como mecanismo para recuperar la iniciativa política, forzando que la atención del país se centre en ese elemento.
La tropa policial nunca pidió la renuncia de Correa, la sucesión presidencial o cosa parecida que signifique la intención de sacar a Correa de la presidencia. En su plataforma, los elementos de contenido político se referían a la destitución de la cúpula policial por no haber defendido sus derechos y que se les reconozca el derecho al voto para elegir una nueva. Nada más.
En un análisis escrito en esos días, el analista Edgar Isch se pregunta ¿Cómo puede haber un golpe de Estado si nadie se plantea el cambio de gobierno? y demuestra que los sucesos del 30S en nada se asemejan siquiera a las condiciones presentes en un acontecimiento de esa naturaleza, pues: los insubordinados ni siquiera presentaron un representante o liderazgo unificado; cuando se presentó un supuesto vocero, él planteó un pliego de peticiones y pidió que se suspenda la paralización; el propio Correa señaló que se reunió con tres grupos distintos de policías mientras estuvo en el hospital; fue evidente la inexistencia de unidad de acción; quienes tomaron la pista del aeropuerto de Quito ni siquiera quisieron hablar con la prensa; no hubo ninguna declaración en contra del gobierno ni buscaron temas que les permita unificar sus demandas con otros sectores sociales; desde el punto de vista simbólico en un golpe de Estado es obligatorio tomar el Palacio de Gobierno o una institución estatal emblemática para demostrar el cambio de gobierno, aquí ni siquiera hubo esa intención; igualmente es obligatorio el control de los medios de comunicación para informar las órdenes de los golpistas, pero nada se hizo en ese sentido.
Maniobra gubernamental
En un inicio e inclusive días después del 30S, Correa y el gobierno calificaron a la protesta policial como minúscula y aislada; sin embargo, con evidente habilidad y malicia política la presentaron como un intento de golpe de Estado, secuestro e intento de asesinato al Presidente. De esa forma pudieron revertir la situación, retomar la iniciativa política y pasar a la ofensiva.
Con la infundada acusación la protesta fue desfigurada y el gobierno cubrió dos objetivos: aislar al movimiento y neutralizar la participación de otros sectores. En las primeras horas de esa mañana las manifestaciones populares de simpatía con el reclamo de los policías surgían en varios sitios; sin embargo, al presentarlo como un movimiento golpista las cosas cambiaron. Ese pueblo que durante años luchó en contra de la oligarquía entregada al imperialismo no podía permitir que sus enemigos lo utilicen para recuperar lo que habían perdido; razonamiento y comportamiento justos, aunque muy pocos en ese momento descubrieron que quien estaba manipulando al pueblo era el gobierno.
Un tercer objetivo, no menos importante, alcanzó el gobierno con su maniobra política: el respaldo a nivel internacional. Los pronunciamientos de solidaridad vinieron de todo lado, Obama y Chávez, Sarkozy y Morales, la OEA y la UNASUR condenaron casi simultáneamente el intento de golpe de Estado. La propaganda gubernamental había dado los resultados esperados, el discurso oficial fue convincente.
No obstante, lo conseguido no era suficiente; la trama creada no podía culminar sin un final dramático, de lo contrario la veracidad del discurso gubernamental quedaría en entredicho. Para que no haya dudas al respecto, el rescate al Presidente debía ser en medio de una acción violenta y peligrosa, pues, debía afirmarse la idea de que se derrotó a una fuerza poderosa y peligrosa. Y así se lo hizo, las fuerzas militares entraron a arrasar, sin importar que el campo de batalla fuera un hospital.
¿Y las pruebas?
Desde allí hasta hoy Correa ha hecho todo lo posible para demostrar que su versión de los sucesos es verídica, pero a pesar de contar con todos los recursos a su alcance no ha podido. De Javier Herrería, testigo clave protegido por la Fiscalía que demostraría que Fidel Araujo era parte de la conspiración para asesinar a Correa ya nadie habla y Araujo ha sido exculpado de eso cargo imputado; tampoco han podido demostrar la participación del Coronel César Carrión, Director del Hospital de la Policía, en el intento de golpe. Hay tres miembros de la tropa policial sancionados con dos años de prisión por el supuesto intento de asesinar al Presidente, y con eso el Ministro de Seguridad Interna, José Serrano, quiere demostrar que sí se quiso acabar con la vida del Presidente.
Un año después del 30S el gobierno no ha podido poner en el tapete los nombres de los autores intelectuales del supuesto intento del golpe de Estado, secuestro e intención de asesinar al Presidente ni demostrar íntegramente ese proceso. Y eso ocurre por la sencilla razón de que no es posible demostrar algo que nunca hubo.
Mas, aún quedan sin responder incógnitas que solo el gobierno puede y debe aclararlas: ¿Por qué no se hizo la autopsia de todos los militares y policías fallecidos la noche del 30S? ¿Por qué no se hace público el tipo de proyectil que se encontró en los cuerpos de algunos de los fallecidos para conocer de dónde salieron esos disparos? ¿Por qué no se dice quién dio la orden de abrir fuego en contra de un hospital en donde había civiles internos, contraviniendo tratados internacionales que prohíben aquello?

30s Ecuador NI SECUESTRO NI GOLPE DE ESTADO

¡NI SECUESTRO… NI GOLPE DE ESTADO… NI CONSPIRACIÓN…! PARTE I El oficialismo viene aseverando: "Que fue un intento de derrocar al Presidente Correa y de asesinarlo" y su Ministro del Interior dice que: "Se quiso atentar contra la vida del primer mandatario, con un trasfondo de conspiración". También justifican manifestando que: "En Alianza País y en el gobierno, se corroboró una vez más su liderazgo". Es fundamental conservar la calma, y no perder de vista los móviles que causaron esta insubordinación, para que con mente fría y con conocimiento de sus causas, se puedan emitir criterios y juicios de valor que expresen, sin eufemismos, lo que aconteció en el Regimiento Quito, cuartel de la Policía Nacional y posteriormente en el Hospital de la misma Institución. Se manifiesta que fue un secuestro…Debe quedar claro para la opinión pública, que quien asistió al mencionado regimiento, por su propia voluntad, fue el Presidente; inclusive como lo dice su asesor Francisco Latorre "nadie le asesoró para que acudiera al sitio, pese al riesgo que ello conllevaba". Este era un problema para los "fusibles", como se acostumbra llamar en política, a los Ministros que se desempeñan en cualquier cartera, dentro de un gobierno. El caso presente, les correspondía al Ministro del Interior y al Comandante General de la Policía. A través de los medios de comunicación independientes, nos pudimos informar de la actitud intemperante y nada conciliadora del Presidente de la República, que de manera desafiante, y en forma histriónica y descontrolada, se arrancó la camisa y desafió a los elementos insubordinados de la Policía a que lo maten, para convertirse en mártir, develándose así, el poco conocimiento que este señor tiene sobre las cualidades que debe poseer un líder, un político y sobre todo un estadista. No es un líder, porque el líder siempre se encuentra al servicio de su gente y no se sirve de ellos, sino que su ejemplo, sus actitudes y expresiones son rápidamente escuchadas y atendidas, cosa que no sucedió con la policía, sus subalternos, con los cuales se jacta de tener una buena relación. No es un político, porque no conoce que dentro del oficio, no siempre se puede ganar. En el caso de la ley del Servicio Público, debió haber negociado, llegar a un acuerdo, o simplemente, dar atención a la petición que le formulaban y el caso hubiese estado cerrado. No es un estadista ni colegislador, porque como Presidente, no entiende los problemas del Estado, no es un elemento ponderado sino que constantemente degrada a las otras funciones del Estado, como la Asamblea Legislativa y solo permite que la misma cumpla simplemente sus caprichos, sin permitir que con argumentos y debates, incluyendo los de la oposición, se pueda entregar un documento consensuado en beneficio de la Nación y la República. Como consecuencia de su tozudez, como es costumbre en él, desató la ira contenida del personal de tropa de la Policía, que perdiendo sus estribos procedieron a lanzar gases lacrimógenos y a agredir a los presentes, debido al cansancio que sentían por los engaños de los politiqueros y a que no estaban dispuestos a aceptar, una vez más, que un demagogo pretenda hacer lo mismo. Luego de haber sido conducido al Hospital de Policía, a fin de que se recupere del efecto de los gases y con la idea de continuar el show, se declara "secuestrado", dando a conocer su "peligrosa situación" en cadena nacional continua e indefinida de radio y televisión –secuestrando verdaderamente, de esta manera, a la libertad de expresión, que a partir de ese momento quedó conculcada y reducida a su particular veleidad-. Desde aquí hace un llamado con todos sus Ministros a sus coidearios a movilizarse para "rescatar a su Presidente" del Hospital de la Policía (NO CUARTEL). La burocracia no se movilizó, pero sí estuvieron presentes los incondicionales. Pasadas ya algunas horas, la Policía decide hacerle una calle de honor para que salga a Carondelet, pero el megalómano, demagogo y populista, prefiere un rescate sangriento, violento e irresponsable, decidiendo y disponiendo la movilización de las Fuerzas Especiales del Ejército, que desde tempranas horas de la tarde empezaron a concentrarse en el Colegio Militar de la Ave. Orellana, a fin de preparar una salida espectacular, para que a sangre y fuego pudiera ser "rescatado". De muy poco valor o importancia fueron, para su egolatría, los sacrificios de gente joven, que en cumplimiento de su deber, debieron ofrendar sus vidas por él. Como tampoco le preocuparon los enfermos que se atendían en las clínicas particulares y en los Hospitales, Metropolitano y de la Policía, a sabiendas de que su decisión, estaba prohibida por la Corte Internacional de La Haya, debido a que este tipo de acciones bélicas, son consideradas "crímenes de lesa humanidad". Por lo tanto, quienes ordenaron y cumplieron la disposición, deben ser considerados criminales y procesados internacionalmente. PARTE II No le importó utilizar y enfrentar a las Fuerzas Armadas y a la Policía, en un deprimente espectáculo bélico, para saciar su sed de venganza y fortalecer su vanidad -tan venida a menos por no saber gobernar-. No le afectó el hecho de dejar viudas y huérfanos en humildes familias, después de tan bochornoso y arcaico espectáculo que trajo como resultado 9 muertos y 278 heridos (hasta el momento). No le preocupó proyectar una imagen internacional del país, pobre y llena de vergüenza, prefiriendo dar rienda suelta a su egocentrismo y megalomanía. Se habla de un golpe de Estado… El Presidente y todo su gobierno, no tienen la menor idea de lo que significa aquello, pues simplemente se trató de un grupo de policías que se insubordinaron para exigir una homologación justa, a sus remuneraciones, condecoraciones y estímulos a sus méritos, ya que no pueden ser considerados como servidores públicos, una vez que no tienen horarios fijos y están sujetos a peligros y riesgos propios de la profesión. ¿De qué golpe de estado se habla…? Si el Jefe de Estado jamás fue reemplazado, si las Fuerzas Armadas estuvieron siempre a su servició y sobre todo, siempre él ejerció el poder y nunca dejo de dar disposiciones. Órdenes y disposiciones que nos llenaron de vergüenza a los ecuatorianos, por la pobre imagen que recorrió el mundo, y porque fueron consecuencias del capricho de un caudillo totalitario que claramente presenta actitudes del síndrome de Hubris. Lo que se desprende de este show mediático, es que él percibía que su popularidad estaba muy venida a menos, teniendo a los indígenas, trabajadores, estudiantes, profesores, universidades, servidores públicos, jubilados, policías, militares, etc., etc., en constantes protestas; debido a esto tendrían que crearse las condiciones propicias para montar un escenario a fin de que su imagen saliera fortalecida, -y hasta es posible que lo haya conseguido, ¡pero a qué costo, Sr. Correa!- un precio muy alto y que llena de vergüenza al país, pero no por eso pretenda siquiera pensar, que se han cicatrizado las heridas. Lo que queda claro de este montaje, es que los objetivos que perseguía el Ejecutivo, a más de lo anteriormente manifestado, era sacar las leyes que le interesaba, por el Ministerio de la Ley y no debatidas por la Asamblea, además de intentar que las Revocatorias a su Presidencia y la de sus incondicionales -entiéndase el Alcalde de Quito- se vean menguadas. Los gobernantes y aún más los demagogos, tienen que entender que los problemas políticos deben ser solucionados políticamente y no con las armas, como se deduce de este trágico desenlace, que esperamos nunca más se vuelva a repetir y sobre todo, nunca más se vuelvan a utilizar mañosamente a instituciones cuyo deber es hacer cumplir la ley, el orden y que son responsables de la defensa interna y externa del país, para enfrentarlas entre sí. Se quiere dar la impresión de que se trata de una conspiración, urdida por la oposición. Todos los estadistas entienden que es necesaria la oposición, pero en este caso la Función Ejecutiva y la Revolución Ciudadana, consideran que la misma debe ser eliminada para poder concentrar, bajo su poder, todas las funciones del Estado y que las mismas actúen de acuerdo a su particular forma de pensar. No es posible prescindir de la oposición ya que su presencia evita que los gobernantes abusen del poder, incumplan los ofrecimientos de campaña y sobre todo previene la corrupción, que en el caso de este gobierno, es tanta, que sería imposible mencionarlas todas y que ya Emilio Palacios lo manifestó en un editorial, a las que habría que agregar muchísimas más. Los hombres de honor y de dignidad, entendemos que cuando a alguien se le ha perdido el respeto o la confianza, lo mejor es dar un paso al costado y dejar que continúen personas que aún mantienen en alto estos valores, pero en el presente caso del Presidente de la República, esto no se va a dar, ya que su capricho, megalomanía y su egocentrismo, no le van a permitir. Se hace necesario en el futuro que por lo menos abra el diálogo, sea más plural y sobre todo aprenda a escuchar, incluyendo a la oposición. No crea que su gobierno está lleno de virtudes, Presidente…; es un gobierno corrupto, divisionista, concentrador, totalitario, paternalista y con escaso crecimiento económico. Ojalá reflexione y pueda dormir tranquilo, Presidente, porque estas acciones fraguadas por usted y su partido, para elevar su imagen y la de su gobierno, tarde o temprano tendrán que ser juzgadas.

martes, 13 de septiembre de 2011

LA DESAPARICION DE CAMILO CIENFUEGOS

LA DESAPARICION DE CAMILO CIENFUEGOS
Se aclara el mayor enigma de Cuba , la desaparición de Camilo Cienfuegos
La Habana, 18 de Noviembre de 2000 - La recientemente creada Comisión de la Verdad, acaba de anotarse una gran victoria moral, al publicar después un intenso trabajo de investigación y persuasión, los detalles del mayor enigma de Cuba, la desaparición física del Comandante Rebelde Camilo Cienfuegos.
El 30 de octubre de 1959, se informaba a la población que el Comandante Rebelde Camilo Cienfuegos, había desaparecido durante la noche del día 28 de octubre, cuando realizaba un vuelo en un avión ejecutivo desde la ciudad de Camaguey hacia la Habana, capital del país.
El hecho que tuvo una gran conmoción popular, también se rodeó de numerosos rumores y especulaciones, ya que Camilo Cienfuegos retornaba de una misión muy delicada, relacionada con la renuncia y posible detención de otro de los comandantes rebeldes, Huber Matos.
Sin embargo, a pesar de que el gobierno se empeñó en colocarlo rápidamente en el lugar de los muertos, con celebraciones y manifestaciones principalmente infantiles, llevando flores a los mares, ríos o cualquier lugar con agua, esta situación se mantuvo latente como un fantasma en la memoria del pueblo cubano.
Se cree, que esa fue la razón, por lo que la Comisión de la Verdad puso tanto empeño y prioridad en el caso, con una estrategia muy inteligente, persuadir a los posibles testigos de que los tiempos habían cambiado y que sus testimonios, no se convertirían en motivos de una ejecución inmediata, como hasta ahora se había sentenciado desde el mismo momento de los acontecimientos.
El trabajo comenzó con la recolección de testimonios, sin importar el contenido de los mismos, sino la coincidencia de los relatos y que los testigos tuvieran relación entre sí, pero si relación o vinculación con el escenario de los hechos.
Así aparecieron estas dos versiones:
Un antiguo chofer del Ejercito Rebelde de apellido Galanos, quien manifestó: Nosotros estábamos en Ciudad Libertad, antiguo Columbia, reunidos en una oficina que fungía como un Estado Mayor esperando el regreso de Camilo, ya que era de vital importancia, porque que se le había dado a los acontecimientos la connotación de una sublevación militar en la plaza o regimiento de Camaguey.
Al fin, pasada las 12 de la noche llegó Camilo, a su entrada se hizo un silencio absoluto, cuando Fidel interpeló: Bueno que pasó con el hombre dando a entender, por qué no estaba presente, a lo que Camilo respondió: El hombre viene, él se va a presentar, él tiene su punto de vista que discutir contigo y yo pienso que en muchas cosas él tiene razón. Yo estoy seguro que él se va a presentar, él me dio su palabra, yo confío en él
El diálogo fue interrumpido por Raúl Castro, cuando dijo: a ti lo que te faltó fue c... (una palabrota) e hizo un gesto agresivo como para desenfundar el revólver, pero Camilo que era más diestro que él, le tomó la delantera, pero no contó que el plan estaba premeditado, porque inmediatamente sonó un disparo, que unos segundos después supimos que había sido realizado por Vilma Espín.
Cuando Camilo cayó mortalmente herido se formó cierta confusión, pero inmediatamente Fidel tomó el control de la situación, mandó a salir del lugar a todos los que no fuéramos de su entera confianza, no sin antes advertir, aquí no ha pasado nada, el que diga algo, no se le va celebrar juicio, ni nada, automáticamente será fusilado Unos días después todos los que podíamos tener conocimiento del hecho fuimos retirados de las filas del Ejército Rebelde.
Un piloto de aviación de aquella época relato: El dormitorio de los pilotos estaba contiguo a una oficina que fungía como Estado Mayor, parece que era algo tal vez estratégico tener a los pilotos cerca de esa oficina por si había una salida de emergencia, por eso nos dimos cuenta con facilidad que ese día macabro, del 28 de octubre de 1959, estaba sucediendo algo anormal.
Los acontecimientos se desarrollaron de forma vertiginosa, primero fue una bulla con gritos y alteraciones de la voz, seguido de un disparo. Pasados unos minutos, un oficial se paró en la puerta del dormitorio y al observar que todos estábamos en pie de alerta dijo: Aquí nadie oyó nada, quien haga el más mínimo comentario, será fusilado inmediatamente
Luego se continuaron escuchando ruidos, primero como si arrastraran a alguien, después se oyeron ruidos como de instrumentos de limpieza, el característico sonido de un cubo y el rastrillar en el piso.
La mañana se presentó con un silencio sepulcral, hasta que comenzó el corre, corre de la búsqueda. Sin embargo no se produjo ningún pronunciamiento oficial, no fue hasta el día 30 de octubre que se produjeron las noticias radiales con el comunicado oficial. Entonces fue que nos dimos cuenta que lo sucedido en la madrugada del día 29 estaba relacionado con los acontecimientos de la desaparición de Camilo.
Estos dos testimonios, dieron origen a la investigación, como dijimos al principio. A partir de ellos, se encontraron nuevos testigos. Se han recuperado numerosos cuerpos de personas desconocidas que fueron ejecutadas para proteger el secreto y como en las mejores películas, no se sabe porque razón, pero alguien guardó entre los pedazos del avión siniestrado, el número de la matrícula del Cesna hasta hoy desaparecido.
Uno de los testigos más importantes de este caso resultó ser el propio hermano de Camilo, Osmany Cienfuegos, quien dijo:guardé silencio por tantos años bajo amenaza de muerte, no sólo de mí, sino de mis familiares, incluyendo a mis padres.
Especialistas de la salud, después de conocer estas revelaciones, consideran que la adicción alcohólica y otros problemas de conducta de Osmany Cienfuegos , guardan relación con el chantaje que vino sufriendo por tantos años.
Con esto se cierra uno de los capítulos más oscuros de nuestra historia nacional y junto a este esclarecimiento, la Comisión de la Verdad ha presentado la localización e identificación de cientos de desaparecidos y fusilados que no contaban en ninguna de las listas publicadas anteriormente.
El próximo trabajo de la Comisión de la Verdad es la nominación de todos los desaparecidos en el país, bajo el título de: Salida Ilegal y la cuantificación de los muertos y desaparecidos en misiones internacionalistas.