sábado, 8 de mayo de 2010

JUEVES DE BLANCO Dr. Nelson Maldonado

JUEVES DE BLANCO
Dr. Nelson Maldonado

Pan y circo, a la orden. Cada vez más gasto, más histrionismo, cheques, promesas, primeras piedras que morirán de soledad. Lo que baja en las encuestas no es la popularidad de los mandatarios. Es algo mucho peor.

Es la esperanza. La esperanza de un verdadero cambio. De un cambio para bien, de todos, de un cambio que todos queremos, en un ambiente democrático, y sobre todo, de libertad. Muere nuevamente la esperanza del pobre, pues si deja de serlo, lo ubicarán en el bando contrario. En el bando odiado. Muere la esperanza de aquel que, gracias a su trabajo vive mejor, ya que pasará a ser estigmatizado.

Si tu trabajo tesonero, arduo, intenso, te permite ganar y vivir mejor, te conviertes no en un modelo a seguir, sino en un pelucón. Serás estigmatizado, odiado, por querer tener una casa mejor, un vehículo, como el de las fotografías, o por el justo derecho de querer para tus hijos, una mejor educación.

Buscarán convertirte en blanco de sus odios. En la razón de sus resentimientos. De eso conocen bien. Lo han vivido.

Ellos tienen poco, por tu culpa. Por tu éxito.

Y aquellos que ganan más, a costa de lágrimas, de ausencia, de abrazos que terminan antes de haberse iniciado, hay que traerlos de vuelta. De regreso al notrabajo. Al nocrecimiento. Al anonimato económico, social, cultural.

Los ahora poderosos leen y releen viejos libros de buenos escritores, apologistas de la miseria, que jamás generaron un empleo, que nunca tuvieron el ímpetu ni el coraje ni la audacia para conquistar el lado positivo de la vida. Nunca sintieron del entusiasmo de haber triunfado en un proyecto, para generar bienestar a otras gentes.

Ven en la pobreza a su fuente inagotable de inspiración. Si la gente dejara de ser pobre, ¿de quién vivirían ellos? ¿A quién venderían sus ideas de revancha, resentimiento y furia por el éxito ajeno?

A la caída del muro el flujo de la gente fue en una sola dirección. No era la riqueza lo que les atraía. Ni siquiera la prosperidad. Era la libertad.

Quizás conseguirían trabajo, quizás no. Pero ya eran libres. Libres de pensar. Libres de opinar. Libres de creer. Libres de cuestionar. Libres de proponer. Libres de vivir. Jamás volverían a ser perseguidos, condenados y matados por sus ideas.

Nosotros me temo, caminamos en la dirección contraria. ¡Viva el socialismo del Siglo XXI! ¡Viva el muro! ¡Viva el comunismo!

Muerte al futuro. Muerte a la libertad. Muerte a la vida.

He decidido el jueves, usar el color blanco. Porque soy libre. Libre nací y así seguiré. Y el blanco es mi sinónimo de libertad. Para pensar, opinar, proponer. Y lo más importante de todo: para que ustedes sigan pensando, opinando, proponiendo, no importa si a favor o en contra de lo establecido. Lo verdaderamente importante es que se sientan en plena libertad de hacerlo. De acuerdo a sus conciencias, a sus ideales, a sus sentimientos.

Si el trabajo de toda su vida, si toda su lucha acumulada en agotadoras jornadas, de día, de noche, con sol o lluvia, para legar a sus hijos el honrado esfuerzo, en un acto de profundo amor, es comparado al enorme trabajo y esfuerzo de comprar un guachito, es que hablamos distintos idiomas.

Desconoceré lo que considere injusto o estúpido, lo que atente contra el sentido común, aún a riesgo de sufrir persecución, confiscación, o condena. Defenderé lo mío, lo de mis hijos, lo de mi familia, lo de mi ciudad, con entereza y con pasión.

Este jueves, y cada jueves, vestiré de blanco. Y los que de blanco estemos, nos sonreiremos, y seremos más. Y seremos libres. Tenemos a los Espejo, los Olmedo, los Mejía, a Pedro Vicente Maldonado, seguramente el sabio de América.

Cantamos y bailamos "Lindo Quito de Mi Vida", "Guayaquileño madera de guerrero", "Riobambeñita", "Ambato Tierra de Flores", "Soy del Carchi" etc., etc. Las más altas dignidades cantan y se enorgullecen, sacan pecho, cierran el puño "COMANDANTE CHE GUEVARA". Casi me he sentido extraño en mi propia tierra.

Una enorme bandera de la ex Unión Soviética llega a Montecristi. Los niños preguntan: ¿Papi, y que equipo es ese?

No saben que el siglo y el milenio cambiaron, que la mayor fuerza está en las neuronas. No saben que lo local es el mundo. Y el mundo necesita alimentos, que el Ecuador los puede cultivar.

¡Bendita tierra! Sólo necesitamos LIBERTAD y PAZ.

Recuerda que LIBERTAD, está a solamente una palabra de DIOS: DIOS, PATRIA, LIBERTAD.

Quizás no los vemos. Pero los sentimos. Y lo más importante, ellos nos ven.